El sistema propioceptivo es una parte fundamental del desarrollo motor y cognitivo de los niños. Se trata de un mecanismo que relaciona el movimiento corporal con la percepción de la posición del cuerpo en el espacio.
Esta información se recibe a través de los receptores sensoriales de la piel, los músculos y los tendones. De esta forma, el niño puede aprender a controlar su postura y movimiento para desarrollar habilidades motoras complejas.
Sin embargo, cuando hay alguna disfunción en el sistema propioceptivo, el niño puede presentar dificultades en el desarrollo de habilidades motrices y la adquisición de la coordinación motriz.
Estas disfunciones pueden manifestarse a través de diferentes síntomas como la falta de equilibrio, la dificultad para controlar la postura, el movimiento inadecuado de las extremidades, la rigidez muscular, los movimientos involuntarios, el movimiento de brazos y piernas en exceso, el movimiento lento o la falta de control motor.
Es importante que los padres y los profesionales que trabajan con los niños estén atentos a los síntomas y signos de disfunción del sistema propioceptivo. Esto les permitirá identificar tempranamente los problemas y ayudar al niño a desarrollar las habilidades motoras adecuadas.
Para un diagnóstico preciso, es importante que el niño sea evaluado por un profesional especializado en terapia ocupacional. Esto permitirá determinar el grado de disfunción y la terapia adecuada para mejorar el funcionamiento del sistema propioceptivo.
Referencias:
García, S., & Sánchez, J. (2018). El sistema propioceptivo y sus disfunciones en niños. Revista Española de Terapia Ocupacional, 28 (3), 207-213.
Fantin, D., & Savino, L. (2019). Disfunciones del sistema propioceptivo: una revisión de la literatura. Revista de Terapia Ocupacional, 25 (2), 107-114.
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